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América Latina es la región más peligrosa del mundo para los activistas

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) denunció que América Latina se convirtió en la región más peligrosa del mundo para denunciar la violación de alguna garantía fundamental o para reclamar por su cumplimiento, ya que entre 2021 y lo que va de 2022, 236 activistas fueron asesinados .

Colombia, con 145 crímenes; México, con 10; Perú, con 5; Honduras, con 4; y Guatemala, con 2, son los cinco países más riesgosos para promover los derechos y las libertades fundamentales, según la CIDH.

De acuerdo al informe anual publicado la semana pasada, 147 activistas fueron asesinados en 2021, mientras que otros 89 sufrieron lo mismo en lo que va del 2022.

Las autoridades colombianas reconocieron «la gravedad de la situación» y este año le aseguraron a la CIDH que vienen tomado medidas «para revertirla», entre ellas destacaron que actualmente «tienen a 3.749 líderes sociales bajo resguardo».

«La situación es preocupante», admitió también el comisionado Joel Hernández, relator para las Personas Defensoras de Derechos Humanos de la CIDH.

¿Quiénes son las víctimas?

«La mayoría de los activistas asesinados ejercían la defensa de la tierra, el territorio y el ambiente o eran integrantes de comunidades indígenas», denunció la CIDH, organismo adscrito a la Organización de Estados Americanos (OEA).

Eso indica que no solamente están en riesgo aquellas personas que decidieron exponer públicamente los abusos y excesos cometidos por los cuerpos policiales y las fuerzas militares.

Por el contrario, cualquiera que haya decidido promover y proteger, de manera pacífica, la universalidad e indivisibilidad de los derechos de pueblos e individuos puede verse comprometido, como por ejemplo sindicalistas y periodistas, también corren el mismo peligro.

Los datos que maneja la CIDH además revelan que las amenazas no se limitan a los activistas únicamente, sino que en algunos casos se extienden hasta su círculo familiar, abarca tanto a hombres como mujeres.

Las cifras son corroboradas por las que manejan otras organizaciones como la irlandesa Front Line Defenders, la cual se especializa en monitorear las condiciones en las que los defensores ejercen su labor alrededor del planeta.

En su informe correspondiente a 2021, el organismo europeo denunció que de los 358 defensores de Derechos Humanos que fueron asesinados en el mundo, 252 eran latinoamericanos; es decir el 70%.

Las causas del problema

Las debilidades institucionales, especialmente la falta de independencia judicial, y la violencia criminal son, a juicio del comisionado Hernández, los motivos por los cuales América Latina se volvió tan peligrosa para quienes deciden defender los derechos de otras personas, pero no son los únicos.

«En distintas partes de la región se están dando situaciones de conflictividad que hacen que los defensores se activen», le explicó Hernández a BBC Mundo.

«Por ejemplo, en aquellas zonas donde se están poniendo en marcha proyectos extractivistas, sin el debido consentimiento de las comunidades afectadas, los líderes se están movilizando o están surgiendo y eso los coloca en la mira de grupos de determinados grupos», agregó.

Y continuó: «Esto explica por qué los defensores de los pueblos indígenas, de los campesinos y del medio ambiente están siendo las principales víctimas de atentados y ataques».

Hernández, pese a calificar de «difícil» la situación que enfrentan los defensores en la región, aseguró que en algunos países «se están produciendo pasos en la dirección correcta».

Así mencionó el caso de Brasil, cuyas autoridades pusieron en marcha el Programa de Protección a Defensores de Derechos Humanos (PPDDH), en los estados de Bahía, Paraíba, Pernambuco, Ceará, Maranhão, Minas Gerais, Pará y Río de Janeiro, el cual ampara actualmente a 600 activistas.

Honduras, en tanto, tomó medidas a favor de 116 defensores y 25 periodistas; y México tiene bajo su resguardo a 1.011 activistas y 495 comunicadores.

Por último, Perú anunció -a mediados del año pasado- la creación de un programa similar al de Brasil.